Has construido tu casa
has emplumado tus pájaros
has golpeado al viento
con tus propios huesos
has terminado sola
lo que nadie comenzó.

ALEJANDRA PIZARNIZ.

martes, 30 de noviembre de 2010

UNICA ZÜRN Y SU HOMBRE JAZMIN



En la misma ciudad donde el poeta Paul Celan se arrojó a las aguas del Sena, en 1970 Unica Zürn decide quitarse la vida arrojándose desde el balcón de su piso en París. Ésta alemana, condenada desde muy joven a sus múltiples crisis esquizofrénicas, dejó una obra impecable. Sus poemas, relatos y pinturas fueron admirados por grandes artistas del surrealismo. Se casó en los años de la guerra, tuvo dos hijos, se divorció y finalmente perdió la custodia de sus hijos. A partir de ahí comienza a escribir en distintos periódicos berlineses. En el 53 conoce al pintor surrealista Hans Bellmer, del que se enamora perdidamente, colabora con él y decide posar desnuda y atada a una cama. Ésta imagen fotográfica sirve como portada de la revista Le surrealismo, même. Poco tiempo después, junto al poeta Henri Michaux comienza a consumir mezcalina con el fin de investigar el subsconciente. Las crisis mentales comienzan a ser cada vez mayores, llegó a estar hospitalizada en Berlín, París y La Rochelle. Si es verdad, que en ésta época, a partir de 1960 su obra se vio fortalecida, Primavera sombría, El hombre jazmín y El trapecio del destino dan fe de ello. Los cuentos de hadas son el patrón de sus historias.
Esta mujer, ignorada y excluida de la literatura hasta hace pocos años, finalmente decidió volar a los brazos de su hombre jazmín, alto, ojos azules, un ser imaginario al que siempre fue fiel; pero no por ello, sus letras cobran menos intensidad, nos ofrece una literatura cargada de magia, consigue trasformar sus experiencias en arte para regalárnoslas de la forma más contundente.