Has construido tu casa
has emplumado tus pájaros
has golpeado al viento
con tus propios huesos
has terminado sola
lo que nadie comenzó.

ALEJANDRA PIZARNIZ.

lunes, 18 de julio de 2011

BRUJERÍA, HERMANAS BRÖNTE Y UN TAZÓN DE LECHE


Emily, Anne y Charlotte se dan un baño en la bañera de su madre. Se hace tarde. La tierra las mece en silencio. Vagan por sombrías cavernas, conocen damas, elegantes señores y un anciano que les cuelga los vestidos rosas cada aurora. Esconden la mano, no se miran, las puertas de la noche devoran a las polillas. Abren las piernas y encuentran la mano. Buscan su nombre entre las olas que declinan con los años. Gritan. Consoladas. Sus rostros se iluminan en el espejo, sus risas florecen, observan la sombra de la cama y sus sexos resplandecen. Regresan a un país donde los esqueletos desnudos se trasforman en galanes caballeros. Las estrellas les sirven como colcha.

HERMANA MUERTE


Estás en el rojo terciopelo de mi vientre, en los gritos secretos que anuncian mi temblor de niña herida. Quiero mostrarme en ropa interior o tal vez desnuda. Quiero que dispares el gatillo, que me ahorques, que me asfixies, que abras mis ojos hacia los horizontes marinos. De noche buscas a tus hijas iniciadas en el mal. No quiero que me salves. No lo repitas. Las campanas tocan a muerto. Invítame a ser un ama de cría. Nuestros besos mueren, tu lengua, la de mi hermana, la tuya, la mía. Si me tiendo en la cama me pudriré. Baja conmigo las escaleras. Cuece un caldo espeso para el diablo. Brotan lágrimas de mis senos. La luna celosa, ocupa mis ojos.